LÁGRIMAS o PAÑUELOS.
¿Y qué estás haciendo tú para enfrentar la crisis?, le preguntaron recientemente a un conocido personaje del ambiente artístico en una entrevista de televisión. Su respuesta fue breve, pero brillante:"Hay quienes lloran por la crisis, mientras que otros fabrican pañuelos"... Yo decido cuál de ellos quiero ser... y he optado por la segunda.
No se trataba de ningún predicador, sin embargo su respuesta me pareció estar llena de sabiduría y me hizo recordar aquel pasaje cuando Moisés pidió a 12 hombres para que fueran a dar un vistazo a una nueva tierra, (que ya estaba habitada), sin embargo, era la tierra que Dios les había prometido.Al volver de aquel "tour de reconocimiento", 10 de los 12 hombres solamente vieron problemas, gigantes que los aplastarían apenas pusieran un pie en su territorio. Pero 2 hombres; Josué y Caleb, tuvieron una perspectiva totalmente distinta: Ellos vieron una tierra "increíblemente buena", un lugar donde abundaba la comida, y si bien estaba llena de desafíos, también estaba llena de grandes posibilidades. Y respecto a aquellos "gigantones"... "esos eran "pan comido", no tenían quién los defendiera y Dios se encargaría de aplastarlos como a cucarachas". (Núm.13:32-33 y 14:6-9)
¿Te das cuenta?, la vida es así, o nos ponemos a llorar frente a las crisis y múltiples problemas que nos toca enfrentar en la vida o bien, ¡nos ponemos afabricar pañuelos!
"Dichoso el que tiene en ti su fortaleza, que sólo piensa en recorrer tus sendas. Cuando pasa por el valle de las lágrimas lo convierte en región de manantiales; también las lluvias tempranas cubren de bendiciones el valle". Sal.84:5-6
Tenemos la libertad de elegir cómo enfrentar la vida y cómo vivirla:- Gastando nuestra energía y perdiendo el tiempo con quejas y lamentaciones o... - Tomando las dificultades como la oportunidad que Dios pone en nuestras manos para crecer, conocerle y experimentar en carne propia las regiones de manantiales, el poder de Su mano, actuando de manera inexplicable en nuestra vida.Dios nos anima una vez más a vivir confiados en sus promesas y seguir adelante. Dejemos a un lado las quejas y los miedos. Ármate con el poder de Aquel que venció una vez y para siempre, y ponte a fabricar "pañuelos".
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