lunes, 25 de febrero de 2008

MATONAJE EN LAS AULAS Y EN LOS LICEOS






MATONAJE ESCOLAR


El sorpresivo aumento de la depresión entre los niños y los cada vez más comunes casos de suicidio infantil a causa de persecuciones, burlas y golpes frecuentes entre compañeros de colegio ha puesto el tema del matonaje escolar nuevamente en el tapete.
“Bullying es un termino anglosajón que significa torear y se ha traducidos al español de diversas formas como: acoso, victimización, y hostigamiento y se refiere principalmente al matonaje en el colegio”, explica el psiquiatra infanto–juvenil de Integramédica, Juan Mosca .
“Esta práctica no se trata solamente de simples bromas y burlas entre estudiantes, sino que se refiere a la práctica frecuente y sistemática de agresiones físicas y/o sicológicas de un niño o un grupo de ellos en contra de uno o más menores”, asegura el doctor.
Según el especialista, estas agresiones no sólo se dan en el ámbito físico, a través de golpes, tirones de pelo y patadas –lo que es más frecuente entre hombres–, sino también en el sicológico, con ofensas, amenazas, intimidación y la generación de rumores, “lo que es más usual entre y más silencioso y difícil de detectar para los padres, pero igualmente dañino para los niños”, afirma.
El siquiatra afirma que estudios clínicos internacionales y nacionales, sobre la discriminación de niños, demuestran que el bullying es un fenómeno cada vez más frecuente en los colegios y que no discrimina mayormente según condición educacional, social ni económica.
“Estas agresiones se presentan durante todo el período escolar, sin embargo, es muchísimo más frecuente entre quinto y octavo básico”, agrega.
“Esta situación se agrava cuando estos menores cuentan con una discapacidad física o mental y son frecuentemente excluidos y objeto de agresiones por parte de sus compañeros en el colegio”, recalca el doctor.
Cómo reaccionan frente al matonaje escolar
Según el doctor Juan Mosca de Integramédica una fórmula de los padres para anticipar si su hijo o hija está sufriendo de matonaje escolar es estar atento a sus cambios de carácter y reacciones en casa.
“Es importante tener en cuenta que el menor puede reaccionar de diferentes formas frente a estas malas prácticas de sus compañeros, con sentimientos como frustración, rabia, vergüenza, impotencia, retraimiento e, incluso, venganza. Esto genera cambios importantes en su conducta”, cuenta el especialista.
El doctor Mosca sugiere estar atentos para detectar estos cambios a tiempo y modificar estas conductas, ya que habitualmente el menor no denuncia a sus padres ni profesores el matonaje del cual es sujeto, a no ser que se le pregunte directamente. Para ello, explica, es necesario adentrarse en el entendimiento del por qué se producen estos problemas de carácter y entender las motivaciones y conflictos detrás de las agresiones de sus compañeros.
“Es rol de los padres ayudar a que el niño resuelva sus crisis y satisfaga sus necesidades de valoración personal y hacia los demás de un modo adecuado, y de acuerdo a un marco valórico y de respeto hacia su persona y el resto”, recalca el especialista. “Esto, debido a que sus estructuras cognitivas todavía no se lo permiten”, puntualiza.
¿Cómo prevenir el bullying?
El profesional de Integramédica dice que una forma de prevenir el matonaje escolar es conversar frecuentemente con los hijos e hijas, generando instancias de diálogo y desarrollar las habilidades sociales de los niños, por ejemplo, a través de la participación en actividades extraescolares; y reforzando su autoestima, mediante el manejo de límites –basado en premios y no en castigos–.
El doctor Mosca destaca que el colegio y los educadores en particular, también juegan un papel clave en este proceso, enseñándoles a los menores el respeto por uno mismo y los demás.
“Hay escuelas que han tomado en serio este problema y han llevado a cabo políticas de tolerancia cero a las burlas o la discriminación, así como realizado capacitación a monitores en resolución de conflictos que intervengan buscando acuerdos y dialogo entre los alumnos que tengan conflictos, utilizando carteles en los pasillos alusivos a lo negativo del matonaje y la sugerencia de que la victima denuncie y la búsqueda de actitudes de integración grupal”, afirma.
El doctor Mosca asegura que para evitar que un niño o niña sea quien genere discriminación o matonaje escolar frente a los demás menores es importante que los padres le ayuden a reconocer sus propias debilidades y a respetar las de los otros, aceptándolas como parte de la diversidad. “Es necesario evitar un excesivo perfeccionismo y exitismo, y las actitudes déspotas o descalificadoras de los padres hacia el menor”, sostiene.
Recuadro: perfiles del matón escolar y de sus víctimas
La víctima
Sexo: es tan frecuente en hombres como en mujeres
Aspecto: generalmente destaca del resto por sus diferencias y/o defectos, y responden a estereotipos como el guatón, el mateo o el flojo del curso, habitualmente presentando además un aspecto débil.
Dimensiones de personalidad: establece relaciones interpersonales con alto grado de timidez, tendencia al retraimiento y aislamiento social, y, generalmente, muestran tendencia al disimulo.
Tipos de víctima:
– Pasiva: es la más común. Mayoritariamente, son inseguros, callados y no responden al insulto.
– Activa: combina un modelo de ansiedad y de reacción agresiva, lo que es utilizado por el agresor para excusar su propia conducta frente a los demás. Suelen ser alumnos que se comportan de forma irritante y provocan reacciones negativas de sus compañeros.
El matón
Sexo: es más frecuente en hombres.
Aspecto físico: fuerte en términos físicos y/o sicológicos.
Dimensiones de personalidad: establece una dinámica relacional agresiva con aquellos que considera débiles o cobardes. Generalmente, es impulsivo y no siente empatía por los sentimientos de la víctima, carece del sentido de culpa, se considera líder y muestra una alta autoestima frente al resto.
Tipos del matón:
– Activo directo: en la mayoría de los casos realiza la agresión personalmente y establece relaciones directas con la o las víctimas.
– Activo indirecto: dirige el comportamiento de sus seguidores, induciéndolos a actos de matonaje hacia otros pares.
– Pasivo: sigue al agresor, pero no participa. A veces siente pena y lástima por la víctima, pero no se atreve a expresarlo frente a sus pares.
El grupo
Dimensiones: favorece la violencia y la pasividad de sus integrantes frente a los actos de matonaje. Generalmente, la intención de sus miembros al participar de estos grupos es defensiva, es decir, participan como una forma de evitar convertirse en posibles blancos (“mientras se lo hacen a otros, no me lo hacen a mí”). La mayoría de las veces, como una forma de destacar, pasan de ser de simples observadores a cómplices de la agresión para así encontrar apoyo en el grupo.

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