CUELLO TORCIDO.
"Ésta es la historia de un hombre que vivía en un país llamado "Pasado". No existía un solo habitante en su ciudad que no le conociera ya que tenía una singular particularidad: el caminaba por la vida con la cabeza vuelta hacia atrás. Su nombre era Cuello Torcido y le gustaba mucho pasear.
Recorría las calles a diario, hasta llegar a su plaza favorita ubicada en la esquina de Confusión y Preocupación.Cuando, "Cuello Torcido" se cruzaba con sus amigos se veían confundidos, ellos no sabían si debían saludarlo o despedirse, porque no entendían si él iba o venía". Esto de "Cuello Torcido" pareciera un cuento de niños, pero no lo es, más bien refleja, (sarcásticamente), la forma en que muchos caminamos por la vida.
Tenemos la mala costumbre de querer avanzar, pero sin lograr despegarnos de lo que quedó en el pasado. Me refiero puntualmente a aquellas cosas negativas, dolores, sufrimiento, pecados, etc., que impiden que sigamos adelante, y nos hacen sacar la vista de Jesús, y nos desestabilizan, y finalmente nos caemos.
El desafío que tenemos en la Palabra es claro:"...olvidando lo que queda atrás y esforzándome por alcanzar lo que está delante, sigo avanzando hacia la meta para ganar el premio que Dios ofrece mediante su llamamiento celestial en Cristo Jesús". Fil. 3:13b-14
Cuántas veces sacamos los ojos de Jesús y damos vuelta nuestra cabeza, caminando por rutas de frustración y lamentación que no hacen otra cosa sino alejarnos de la meta que Cristo tiene para cada uno de nosotros.
Cuántas veces sacamos los ojos de Jesús y damos vuelta nuestra cabeza, caminando por rutas de frustración y lamentación que no hacen otra cosa sino alejarnos de la meta que Cristo tiene para cada uno de nosotros.
¿Alguna vez te has puesto a pensar en la confusión que les causamos a las personas a las que les hemos hablado de Cristo? ¿Qué clase de fe tenemos que no somos capaces de caminar mirando hacia delante confiados en el futuro y lo hacemos mirando hacia atrás? Como cristianos tenemos la seguridad de que Dios tiene un plan, un propósito y un futuro para nuestra vida. Nuestra tarea es buscarlo y alcanzarlo con esperanza y con fe, porque eso renovará la visión de lo que nos espera el día de mañana. La tristeza mira hacia atrás, la preocupación mira alrededor, la fe mira hacia arriba, ¡¡donde está Cristo!!
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