sábado, 26 de julio de 2008

PREPARANDOSE PARA TOMAR DECISIONES .- Material Cuartos Medios



El paso del colegio a la educación superior:


La pasión es la mejor consejera a la hora de optar por una carrera profesional
A pocos días de vencer la fecha para inscribir la PSU y con el tiempo para decidir qué estudiar cada vez más escaso, los especialistas aconsejan no entrar en pánico y pensar que uno de los secretos para escoger bien es tratar de transformar los hobbies en un trabajo para toda la vida.
PAMELA CARRASCO T.Este 31 de julio, un minuto antes de la medianoche, finaliza el plazo de inscripción para rendir la PSU y las pruebas selectivas. Y la angustia por decidir qué estudiar se aparece como un fantasma en la confundida cabeza de miles de estudiantes. Ante tamaño dilema, los especialistas aconsejan tener calma."Cuando los jóvenes piensan en la PSU creen que es 'la' decisión sobre su futuro. Y esto genera una tensión indebida y exagerada frente a un instrumento de selección universitaria", dice Alejandra Meneses, doctora en educación de la Universidad Diego Portales.Según Pilar Cox, especialista en orientación de la Facultad de Educación de la Universidad Católica, el no saber qué estudiar es lo más normal del mundo. La sicología de la elección vocacional muestra que a los 18 años las personas están en una etapa de exploración y es probable que sólo tengan claro las áreas en que quieren desempeñarse y no una carrera específica. "Recién a los 20 o 21 años se llega a tener una mayor claridad, así que no hay que angustiarse", señala.Es que, sin duda, los tiempos son distintos y si bien antes se estudiaba una carrera para toda la vida y se estaba destinado a trabajar siempre en lo mismo, hoy el mundo es menos rígido."Hoy tú puedes estudiar algo y capaz que termines trabajando en otra cosa que no esté directamente relacionada con eso. Y luego te vas especializando en otras áreas, tomando cursos, etc.", dice Janet Spröhnle, directora ejecutiva de People & Partners.Con años dedicada a la planificación de carreras, ha visto que muchos de los problemas laborales en la vida adulta están fundados en una mala elección vocacional. Por eso crearon el programa People Futuro, donde ayudan a los jóvenes y a sus padres a decidir."Es un momento que la familia vive muy mal. Los papás y los niños se sienten muy presionados y están llenos de temores como 'si no vas a la universidad vas a ser un fracasado' o 'si no estudias ingeniería vas a morirte de hambre', cosas que son falsas, porque hoy un chico que estudia diseño de páginas web puede tener más empleabilidad que un ingeniero", sostiene.Para Janet Spröhnle, el motor para decidir debe ser la pasión. "En un mundo competitivo como el de hoy, si no haces algo que te fascine vas a ser uno más del montón. Para destacarte tienes que estar locamente enamorado de lo que haces", dice. A su juicio, la gente siempre ha descalificado los hobbies o las pasiones y no debería ser así: "Dime cuáles son tus hobbies y yo te digo en qué tienes que trabajar. Si a alguien le fascinan las plantas, no va a ser jardinero, pero puede estudiar paisajismo y ser el mejor".Si bien hay que vivir en un mundo real y pagar cuentas, Pilar Cox también cree que hay que tratar de buscarles un camino laboral a las pasiones. "Hoy hay caminos laborales para casi todas las pasiones. Lo que pasa es que el mundo ahora es muy distinto al que nosotros vivimos y se pueden integrar los hobbies a la vida laboral. El temor de los padres responde a otra época, porque actualmente los mundos laborales son más flexibles y dinámicos y la elección de carrera es un punto de partida, no de llegada como era antes".Es que la orientación vocacional es un proyecto de vida, que no empieza ni termina con la entrada a una universidad o instituto. "Por eso los jóvenes tienen que estar claros en que las decisiones son personales. La familia y el colegio pueden opinar, pero es el joven el que tiene que decidir finalmente lo que quiere hacer el resto de su vida", dice Carolina Herrera, asesora vocacional del programa de Bachillerato de la Universidad de los Andes, quien recomienda tratar de equilibrar los intereses, las capacidades y la esencia de cada persona a la hora de decidir.Es que aunque parezca difícil, a los 17 años hay que tratar de hacer una reflexión a fondo."Es fundamental que los jóvenes, más que estar pendientes de los resultados de la prueba, observen su propia historia, conversen con adultos en los cuales confían para que les ayuden a darse cuenta de cuáles son sus capacidades y en qué ámbito podrían desenvolverse mejor", afirma Alejandra Meneses.Para Spröhnle, pensar sólo en los sueldos futuros o en el mercado laboral es un error sin mucho sentido. "Primero hay que ver qué te gusta hacer, cuál es la vida que quieres tener y después mirar el mercado laboral. Si la persona se destaca siempre le va a ir bien. Además, hoy el mundo cambia tan rápido que de aquí a cinco años el mercado puede ser completamente diferente", sostiene.Año sabáticoLa gran pregunta es qué hacer si definitivamente no se tiene clara una vocación. "Es mejor que el joven no estudie ese año y se dedique a viajar, a trabajar, a tomar estudios cortos o a perfeccionar otro idioma antes que entre presionado a estudiar algo sólo por dejar tranquilos a los papás", dice Spröhnle. Para Pilar Cox, en tanto, los bachilleratos o licenciaturas generales pueden ser una buena opción para ir definiendo intereses y entrar a la rutina universitaria. "Tomarse un año de preuniversitario no es la mejor solución, porque los jóvenes viven en un mundo entre paréntesis y sin mucha estructura", dice."1 y 2 de diciembre son las fechas en que se rendirá la PSU. Toda la información está en www.demre.cl""Sugerencias""Muchas veces muestra más madurez el decir 'no sé qué quiero estudiar', que tratar de decidir o tenerlo todo claro cuando realmente no es así".PILAR COXUniversidad Católica"Yo creo que hay que partir definiendo lo que te gusta y después mirar el mercado laboral, porque si la persona se destaca le puede ir bien igual. Además, el mercado es tan cambiante que tomar una decisión centrada sólo en eso es una equivocación".JANET SPRÖHNLEPeople & Partners"Es importante observar la propia historia para reconocer las capacidades que el joven ha desarrollado tanto en contextos de aprendizaje formal como informal, y los ámbitos de interés que posee".ALEJANDRA MENESESUniversidad Diego Portales"Es bueno que los jóvenes revisen las mallas de las carreras de universidades e institutos, y que conversen con profesionales para saber qué hacen y ver si ellos se imaginan en esa vida".CAROLINA HERRERAUniversidad de los Andes

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