lunes, 13 de septiembre de 2010

NO NOS APRESUREMOS A CONDENAR. COMENTARIO


En este tiempo en que vivimos situaciones que nos cuestionan la vida y el espíritu, la mejor forma de poder encontrar respuestas, es adentrándonos en nosotros mismos, y revalorar el sentido de la prudencia y la capacidad de reflexión; son estos momentos en los cuales se ponen a prueba nuestras capacidades de observancia y de respeto por los demás y sus historias de vida.
En estas circunstancias tan humanas y de las cuales como seres humanos, debemos tomar el mejor de los aprendizajes. Quiero compartir con ustedes un escrito que me ha llegado a mi correo electrónico perteneciente al escritor Thomas Merton: “No nos apresuremos a condenar”. Es uno de esos textos cortos que hay que leer unas cuantas veces, pues encierra mucho más que lo que pudiera aparentar por su tamaño. Además, sólo el título… no apresurarse en condenar, ya te adelanta que va a ser interesante:
“No nos apresuremos a suponer que nuestro enemigo es un salvaje sólo porque es nuestro enemigo. Quizá sea nuestro enemigo porque piensa que somos salvajes. O posiblemente tenga miedo de nosotros porque siente que tenemos miedo de él. Y tal vez, si creyera que somos capaces de amarlo, dejaría de ser nuestro enemigo..
No nos apresuremos a suponer que nuestro enemigo es un enemigo de Dios sólo porque es nuestro enemigo. Quizá sea nuestro enemigo precisamente porque no es capaz de ver en nosotros nada que dé gloria a Dios. Tal vez tenga miedo de nosotros porque no puede encontrar en nosotros nada del amor de Dios, de Su bondad, de Su paciencia, de Su misericordia y Su comprensión de las debilidades humanas..
No nos apresuremos a condenar a la persona que ya no cree en Dios, ya que quizá sea nuestra frialdad y avaricia, nuestra mediocridad y materialismo, lo que ha matado su fe”..
Bueno, bueno… la verdad es que da qué pensar. Y si extrapolamos este pensamiento de Merton que, como buen escritor y Teólogo, se centra sobre todo en Dios y lo llevamos al día a día… ¿Qué imagen damos a nuestros “enemigos” para que sean eso mismo, nuestros enemigos. ¿Qué ven en nosotros?

Dando vueltas a la frase… me doy cuenta que, quizá, mis enemigos me los he ganado yo solito. ¿Verdad? Seguro que, en parte, sí.

En los tiempos de crisis y de tempestades, es necesario entonces aprender a tomar la buena distancia y evaluarnos a nosotros mismos, con la misma mirada con la que pretendemos juzgar el actuar de los demás.
En circunstancias de inquietud y de cuestionamientos hacia las actitudes y comportamientos humanos de los demás, que no nos agradan y nos producen confusión, una alternativa es hablar de los otros sin conocer el fondo de las situaciones, presuponiendo lo que podría haber gatillado cierta conducta; o la otra alternativa es mirar el conflicto con madurez, pausa y reflexión, y dejar que la luz después de la difícil tormenta, nos presente la verdadera realidad, que libera y enaltece los espíritus humanos.

De todo corazón me uno al sentir de toda nuestra comunidad putaendina, sin abanderamientos, sino que con la plena convicción que la Verdad nos hará libres de los malos comentarios, y de las intencionalidades que solo buscan el sufrimiento y confusión de toda una comunidad.

Paz y Bien en el transcurso de esta Semana..
Oscar Antonio García Cárdenas
Profesor - Orientador.

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