domingo, 16 de noviembre de 2008

COMUNICADO. EDUCACIÓN 2020. Noviembre 2008


Sr. Mario WaissbulthEducación 2020

Presente Estimado Mario:
Como lo dije públicamente ayer en el Foro sobre Calidad de la Educación realizado en la UNESCO, fue una muy agradable sorpresa constatar que la propuesta de Educación 2020 que presentaste desmentía todos mis prejuicios de viejo profesor y de burócrata de la educación desde tiempos inmemoriales (recordarás que ya en el México de los setentas yo trabajaba en la Secretaría de Educación). Las propuestas son profundas, bien pensadas y técnicamente impecables. Y además ponen al Colegio de Profesores en disposición al diálogo y la modificación inteligente del Estatuto Docente, según dijo Guillermo Sherping, su representante ante la CUT. Como tú mismo señalaste, el carácter ciudadano de la propuesta es lo que le da su originalidad y fuerza y permite eludir el debate ideológico que inmoviliza o congela los cambios. Además, hiciste ver que mientras mantengan ese caracter mantendrán su fuerza e influencia. Coincido contigo: mientras trabajen "desde fuera" del sistema educativo propiamente tal, desde fuera de sus intereses, de sus instituciones, de sus eufemismos, de la academia y la burocracia, mantendrán la frescura y la posibilidad de involucrar a más gente.En la última década he estado trabajando en liderazgo en educación, con profesores, directivos, padres y estudiantes . He constatado una y otra vez que hay mucho dolor y mucha frustración en la vida cotidiana de las escuelas. Como ayer decía Sherping, los profesores y profesoras son lo únicos profesionales que trabajan día a día, hora a hora con las poblaciones más pobres de nuestro país. Están genuinamente conectados con los dolores y frustraciones de sus alumnos y alumnas, y comunidades. Conocen los efectos de los bajos ingresos en las familias; saben de sus carencias. Se identifican con las difíciles condiciones de vida de los niños, las niñas y los jóvenes. Conocen de los abusos a los que en ocasiones se somete a sus estudiantes en los barrios y en los hogares; saben de la violencia de las calles, de los destructivos efectos del alcohol y las drogas en las comunidades. La mayoría se frustra al no obtener los resultados esperados; o de ver que sus alumnos y alumnas progresan muy lentamente, y que no siempre muestran mayor interés por aprender. Asimismo sufren los conflictos y pequeñas rencillas y divisiones que muchas veces invaden a las escuelas; y saben de las irritaciones de trámites a que son sometidos por diversas autoridades. También saben de las dificultades económicas; las propias y las de sus colegas, de la permanente lucha por sobrevivir y llegar a fin de mes sin deudas y viven organizando colectas, rifas, aportes y diversos mecanismos solidarios para apoyar a compañeros y compañeras afectados por enfermedades o problemas mayores. También tienen claro que jubilarse es llegar recibir una pensión que los pone en la pobreza y por eso hay muchos que envejecen en la docencia, sufriendo por ello y enfrentándose a un negro horizonte existencial. Si bien hay una minoría de holgazanes y flojos, la mayoría honestamente quiere que sus alumnos progresen y se enorgullecen de sus éxitos, especialmente del hecho de que la mayoría de sus ex-alumnos y alumnas han llegado a ser personas honradas.Pero también, como el mismo Sherping expresaba, la mayoría de ellos y ellas no tienen las herramientas técnicas para mejorar, y las instituciones formadoras -las mismas del negociado de los títulos a que tú aludías- también negocian con el perfeccionamiento, y sus ofertas no significan un aporte real a mejorar el desempeño docente. El círculo de las frustraciones cotidianas y de la falta de oportunidades concretas para mejorar técnicamente, conduce a la resignación y a la des-responsabilización: terminan culpando a los alumnos, o a sus familias, o a las comunidades del bajo nivel de logros.Educación 2020 ha logrado ser una esperanza para muchos; lo que te dijo el concerje de la escuela de ingeniería que señaló que "de ustedes depende la educación que tendrán sus hijos" es muy cierto. Educación 2020 trae esperanza. Por eso, me parece importante que -desde "afuera"- también lleve esperanzas a los propios profesores y profesoras. Podemos soñar con que a corto plazo, y en el marco de las propuestas de 2020, habrá instituciones capaces de ofrecer a cada profesor y profesora actualmente en servicio y que trabaje con niños, niñas y jóvenes que viven en condiciones vulnerables, los conocimientos técnicos y las disposiciones emocionales requeridos para que se conviertan en expertos en el logro de aprendizajes de esos educandos. Y que se sientan orgullosos de ser la flor y nata, lo mejor de los educadores: los maestros de los chilenos y chilenas más pobres y vulnerables.


Cordialmente,Alfredo Rojas

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