miércoles, 16 de mayo de 2007

Material para Uso en Aula I


El hombre imaginario
El hombre imaginario
vive en una mansión imaginaria
rodeada de árboles imaginarios
a la orilla de un río imaginario.

De los muros que son imaginarios
penden antiguos cuadros imaginarios
irreparables grietas imaginarias
que representan hechos imaginarios
ocurridos en mundos imaginarios
en lugares y tiempos imaginarios.

Todas las tardes imaginarias
sube las escaleras imaginarias
y se asoma al balcón imaginario
a mirar el paisaje imaginario
que consiste en un valle imaginario
circundado de cerros imaginarios.

Sombras imaginarias
vienen por el camino imaginario
entonando canciones imaginarias
a la muerte del sol imaginario.

Y en las noches de luna imaginaria
sueña con la mujer imaginaria
que le brindó su amor imaginario
vuelve a sentir ese mismo dolor
ese mismo placer imaginario
y vuelve a palpitar
el corazón del hombre imaginario.

Nicanor Parra

UNA REFLEXIÓN TESTIMONIAL, sobre el GENOCIDIO


DESDE EL CAMPO DE PRISIONEROS DE WESTERBORK.

Lo que quiero decir es que si la miseria es grande
y aun así me ocurre a menudo por las noches,
cuando el día se va apagando dentro de mí,
hondamente, que camino con ágiles zancadas
a lo largo de la alambrada
y siento subir de mi corazón una fascinación
– no lo puedo evitar, proviene de una fuerza elemental - :
Esta vida es maravillosa, grande,
tenemos que construir un mundo nuevo
después de la guerra.
Y a cada infamia, a cada crueldad,
hay que oponerle una buena dosis
de amor y buena fe
que primero habremos de hallar
dentro de nosotros mismos.
Tenemos derecho a sufrir,
pero no a sucumbir al sufrimiento.
Y si sobrevivimos a esta época,
ilesos de cuerpo y alma,
de alma sobre todo,
sin resentimientos, sin amarguras,
entonces ganaremos el derecho
a tener voz cuando pase la guerra.
Tal vez soy una mujer demasiado ambiciosa:
me gustaría tener una palabra que enunciar.

Etty Hillesum