lunes, 13 de abril de 2009

EXPERIENCIA: Educar en valores con el testimonio. Abril 2009


Los discursos no sirven si no se plasman en acciones, plantea el educador jesuita Alejandro Pizarro, presidente del movimiento de educación popular Fe y Alegría.



Alejandro Pizarro s.j. presidente de Fe y Alegría Chile: "Los valores no se enseñan como contenidos en una sala de clase, para transmitirlos hay que mostrarlos en la vida. Los jóvenes son especialmente críticos de los discursos que no se encarnan". Ver el vínculo con la escuela. "Pedagógicamente, los valores deben incorporarse vivencialmente en los establecimientos. El ejemplo aquí es clave, porque a partir del modo que el profesor trate al alumno es cómo se va construyendo la vivencia de valores como el respeto y la justicia en la sala de clases", explica el padre Pizarro.



Los discursos no sirven si no se plasman en acciones, plantea el educador jesuita Alejandro Pizarro, presidente del movimiento de educación popular Fe y Alegría.
No importa si se trata de un contexto pobre o acomodado. Para Alejandro Pizarro s.j., la urgencia de formar en valores es la misma: crear espacios educativos que acojan al estudiante, apuesten por su desarrollo integral y lo inviten a mirar más allá de sí mismo. Pero, si bien esto es válido para la formación en todos los sectores sociales, el educador
jesuita chileno reconoce que en condiciones de pobreza y exclusión social hay que afinar los ojos y oídos de la escuela para compensar la rudeza del ambiente.
Con una vasta experiencia educativa, Pizarro preside el movimiento de
educación popular Fe y Alegría Chile que nació hace 50 años en Venezuela y está en 16 países. En Chile cuenta con 12 centros, entre escuelas básicas, medias y técnico-profesionales, que suman cerca de 6 mil estudiantes todos de escasos recursos. (Ver centros educacionales chilenos adscritos a Fe y Alegría Chile).
Con años de experiencia pedagógica y directiva, Pizarro asegura que son dos los focos que permiten encauzar una educación valórica en contextos de pobreza. En primer lugar, la formación de personas conscientes de sus potencialidades y de la realidad, con un alto sentido de pertenencia lo que les permite plantearse de manera solidaria, abierta a la trascendencia y como protagonistas de su propio desarrollo. (Ver el
vínculo con la escuela).
Lo segundo es promover el compromiso "por el hacer bien hecho", lo que implica educar en la responsabilidad y el esfuerzo por superarse. Para ello, el sistema escolar debe acompañar motivando y promoviendo proyectos que abran oportunidades para el desarrollo futuro de los niños y jóvenes.
Desde esa óptica, Pizarro subraya la urgencia del testimonio del mundo adulto como una fórmula educativa poderosa: "Los valores no se enseñan como contenidos en una sala de clase, para transmitirlos hay que mostrarlos en la vida. Los jóvenes son especialmente críticos de los discursos que no se encarnan".
Para eso "es primordial una buena formación inicial de profesores. Veo una gran carencia de habilidades para asumir grupos de jóvenes para los cuales ir a la escuela no siempre es prioridad, y tienen a la calle y la televisión como únicos formadores".
En ese contexto la propuesta de Fe y Alegría apunta a un trabajo transversal de "habilidades para la vida". Eso significa potenciar a las personas a través del fortalecimiento de destrezas como autoestima, manejo de las emociones, asertividad, empatía, solución pacífica de conflictos y sentido de futuro.
"Pedagógicamente, los valores deben incorporarse vivencialmente en los establecimientos. El ejemplo aquí es clave, porque a partir del modo que el profesor trate al alumno es cómo se va construyendo la vivencia de valores como el respeto y la justicia en la sala de clases", explica Pizarro.
En esa línea, Pizarro propone redoblar esfuerzos con programas focalizados, pero sobre todo con una especial
formación de educadores que trabajan estos sectores.
Entre los desafíos destaca la urgencia de "crear puentes que acerquen las distintas realidades sociales de una misma ciudad, para su mutuo beneficio". Esto ayuda a educar en tolerancia, solidaridad y ciudadanía a todos los sectores sociales. Y en eso, afirma, hay mucho por hacer "en el camino del padre Hurtado".



Por Carmen Cecilia DíazEste artículo fue publicado originalmente en el diario El Mercurio el 2 de septiembre de 2007, como parte de la serie "Educación y Pobreza" que publica el Área de Educación de Fundación Chile en conjunto con el diario El Mercurio.

LOS VALORES DE LA JUVENTUD DE ESTE SIGLO XXI.Datos y Reflexión.


Los valores que guían las actuales conductas juveniles, en campos tan diversos como educación, trabajo, uso de tiempo libre, religión, sexualidad y política, son la clave del reciente estudio “Emergencia de nuevos valores en la juventud chilena actual”, realizado por el Centro de Estudios en Juventud (CEJU) de la Universidad Católica Silva Henríquez.
Ocho de cada 10 jóvenes considera a la familia como “muy importante”, no habiendo mayores diferencias por estrato social, sexo o curso. Respecto a la importancia de la educación, a menor estrato social aumenta la valoración: 7 de cada 10 jóvenes de estrato bajo considera el “estudio” como “muy importante”, versus, 5 de 10 jóvenes de estrato alto.


“Este estudio constituye una posibilidad de conocer cómo los grandes cambios socioeconómicos, políticos y culturales que hemos vivido como nación en las últimas décadas, están penetrando en la juventud chilena, lo que permite a su vez, tener un anticipo de la sociedad futura de Chile, desde la emergencia de los nuevos valores presentes en los jóvenes. Ello es clave para el trabajo que se realice en los más diversos campos, pero muy en especial en el educacional, para hacer del proceso formativo un proceso pertinente, que parte desde el joven y su forma de leer, con sus valores, la realidad que les toca vivir”, explica el sociólogo e investigador Jorge Baeza Correa, quien encabezó la investigación.


Si bien, los resultados apuntan a que los jóvenes mantienen valores ‘tradicionales’, también se ve que aceptan el divorcio, las relaciones prematrimoniales e incluso la eutanasia. Según Baeza: “Los jóvenes se ven tensionados entre un discurso del valor del altruismo e incluso la negación de sí mismo, y el discurso del éxito asociado a la alta remuneración y el mayor de los posibles goces personales”.


CIFRAS JUVENILES
• Religión: El 64, 6% de los jóvenes reconoce pertenecer a alguna religión. El 53,8% dice pertenecer a la religión católica, mientras que un 27,3% afirma no pertenecer a ninguna religión (dato que está por debajo del arrojado en el Censo 2002, donde el 70% de la población chilena dice adherir a la Iglesia Católica). Por otra parte, un 42,6% afirma “nunca asistir a servicios religiosos”, lo que reafirma la idea de los “cristianos a su manera”.


• Política: El 57,8% de los jóvenes encuestados manifiesta estar de acuerdo o muy de acuerdo respecto a que el Sistema Democrático es el mejor sistema de gobierno existente. Asimismo, la mayoría de los jóvenes (49,6%) no está “de acuerdo ni en desacuerdo” con la afirmación de que “en democracia el sistema económico funciona mal”, a lo que se suma que un 28,1% afirma que el sistema económico funciona mal en democracia.


En cuanto a la posición política, un 74,7% (prácticamente 3 de 4 estudiantes) se ubica entre el centro y la izquierda política.


• Tolerancia social: En materia de tolerancia social, destaca el alto porcentaje de jóvenes a quienes no le gustaría tener como vecinos a los delincuentes (83,2%), seguidos de los neonazis (79,6%) y drogadictos (65,6%).


LA MUESTRA EN DETALLE.


El estudio “Emergencia de nuevos valores en la juventud chilena actual” fue aplicado a una muestra de 858 estudiantes de enseñanza media de la Región Metropolitana, considerando edad, género, curso y estratificación socioeconómica. Se trata de una muestra no probabilística, de cuota, donde hay representación de estudiantes de distintos estratos sociales (alto, medio alto, medio-medio, medio bajo y bajo) y de diferentes cursos (1°, 2° 3° y 4° Medio), como también de distinto género (hombres y mujeres).


La recolección de datos se realizó mediante la aplicación de un cuestionario que comprende 8 módulos temáticos, con un total de 35 preguntas, durante los meses de octubre y noviembre del 2006. En forma previa a la aplicación de este cuestionario, se validó con jueces y se realizó una prueba piloto con 75 estudiantes.


A partir de este trabajo, el
CEJU planea aplicar bianualmente un instrumento similar- con una muestra mayor y de un carácter más representativo- para constatar cambios en los valores de la juventud.
Por último, la investigación se enmarca en el trabajo que realiza el Foro Permanente de Educación Secundaria de la Oficina Regional de Educación de la UNESCO para América Latina y el Caribe (
OREALC/UNESCO) Santiago y servirá de insumo para el Observatorio de Políticas y Reformas de Educación Secundaria que coordina.

En el contexto del En el contexto del Proyecto Regional de Educación para América Latina y el Caribe (
PRELAC), los alumnos son los protagonistas de los sistemas educativos. Tienen derecho a una educación que potencie al máximo su desarrollo como personas y les permita insertarse e influir en la sociedad en la que están inmersos. Además, son sujetos activos en la construcción de conocimientos y en la promoción de los aprendizajes.

BAJA EL ESTUDIO COMPLETO, aquí.