miércoles, 8 de julio de 2009

ELECCIÓN DE CARRERA. Una Mirada desde la Fe. 08 Julio 2009


Elección de Carrera.
Es bastante habitual encontrarse con jóvenes de cuarto medio que no logran tener claridad respecto de la carrera que van a elegir. Algunos lo pasan mal y llegan a estar molestos con la repetida pregunta de los adultos: ¡Cuarto medio! ¿Y qué vas a estudiar después? Quisiera, por ello, proponer con mucha sencillez algunos criterios que pueden ayudar en este paso tan importante.
El primero, es vivir esta búsqueda con profunda alegría. Hasta aquí, la vida podría parecerse a un tubo en donde todo está definido de igual forma para todos. Al elegir una carrera se comienza a perfilar lo más distintivo y original de cada uno. ¡Esto es fantástico! Dios nos hizo únicos y lo que tenemos que descubrir es aquello que soñaba mientras nos iba formando entre sus manos. Nuestra vocación está inscrita en nuestras rasgos más originales.
Un segundo criterio, tiene que ver con la confianza. Muchos piensan que pueden equivocarse en la decisión y temen meterse en un proceso que los encierre como en un callejón sin salida. Esto no es cierto, tenemos derecho a probar, a equivocarnos y corregir el rumbo. Los que Dios ha soñado para nosotros tiene una potencia tal que siempre encontrará caminos para desplegarse.
Lo último, que quiero deci, es que deben escuchar el corazón. Y en esto no hay que confundirse: la vocación no es simplemente aquello que me gusta hacer o me entretiene; es aquello que me apasiona. Aquello por lo cual estoy dispuesto a cansarme y darme por entero. Toda vocación auténtica apunta al servicio. Dios nos hizo para regalar amor, para ser instrumentos de bien y de justicia. En esto encontramos nuestra mas profunda realización. Por ello, al buscar la vocación no sólo tenemos que mirarnos y reconocer nuestras cualidades. Es preciso abrir la mirada y contemplar el mundo, fijarse en lo que falta; sus dolores, pobrezas, lo que está feo y mal. Cuando descubro que Dios me ha regalado dones y cualidades que pueden hacer más hermosa la vida de mis hermanos, entonces he descubierto mi vocación.
Que Dios les bendiga.

Pbro. Galo Fernández VVicario de la Esperanza Joven

EL VALOR DE LA ACEPTACIÓN. Material de Trabajo en Orientación. 08 Julio 2009



El Valor de Aceptar la Aceptación


Existe un principio básico en teología que establece que la fe o la Escritura contienen la respuesta a los interrogantes más profundos del corazón humano. La fe dice relación a la vida, a mi vida. La fe es algo así como una radiografía de mi existencia humana. Me ayuda a vivir mejor, a ser más humano, a estar más integrado. La fe es descubrir que hay una única unidad: Dios es el fundamento más profundo de mí ser.

La Pregunta:
· Soy Apreciado, Valorado, Amado
· Soy Aceptado, Se sienten felices de que sea quien soy,
· Me Acepto yo, Aunque siempre sea necesario mejorar, nadie me obliga a ello. ¡No tengo por qué ser la persona que no soy!
· La aceptación libera todo lo que existe en mí.
· Sólo cuando soy amado en ese profundo sentido de la completa aceptación, puedo llegar a ser yo mismo.
· El amor, la aceptación de los demás, hace de mí la persona única que estoy destinada a ser.
· Cuando se aprecia a una persona por lo que hace, no se la considera única,
· Aceptar a alguien no implica negar sus defectos, enaltecerlos o tratar de justificarlos.
· Aceptación tampoco quiere decir que todo lo que esa persona haga sea magnífico y admirable.
· Sólo cuando acepto a una persona, puedo de verdad enfrentarme a sus defectos.
· Aceptación significa que nunca doy a una persona la sensación de que no cuenta.
· Se dice que los niños que padecen de raquitismo rasguñan la cal de las paredes. Las personas que no son aceptadas rasguñan aceptación de las paredes.
· ¿Y cuáles son los síntomas?
Presunción
Inflexibilidad
Complejo de inferioridad
Masturbación o cualquier otro goce superficial
El deseo de afirmarse a sí mismo
La Respuesta:
· Dios me acepta como soy, como yo soy, y no como debería ser. Afirmar esto último es proclamar un mensaje vacío.
· Dios sabe mi nombre (Is 49,16) Dios no puede mirar sus manos sin ver mi nombre.
· Dios me garantiza que puedo ser yo mismo.
· San Agustín dice: “Un amigo es aquel que sabe todo acerca de ti y, aun así, te acepta”.
· Una cosa es saber que soy aceptado, y otra muy distinta verificarlo.
· Es importante amar a Dios, pero es mucho más importante saber que Dios nos ama.
· Nuestro amor por Dios es secundario, lo primero es el amor de Dios por nosotros. (1 Jn 4,10)
· La fe básica es que yo me sé aceptado por Dios (1 Jn 4,16)
· La noche anterior a su muerte, Jesús oró al Padre (Jn 17,23.26)
· Los seres humanos estamos divididos en muchos aspectos: En el tiempo, el espacio, el amor.
· Dios no mide el amor.
· Nosotros sentimos amor, pero Dios es amor. Su amor no es una actividad. Es su ser completo.
· Tillich define la fe como “El valor de aceptar la Aceptación”
· ¿Por qué se necesita valor para aceptar la aceptación? Se necesita valor para creer en la aceptación de Dios.
· Existen muy pocas personas que sepan realmente aceptarse a sí mismas, que acepten la aceptación.
· La auto aceptación es un acto de fe. Si Dios me acepta, también yo debo aceptarme a mi mismo.
Yo no puedo ser más exigente que Dios, ¿no es verdad?

Del sacerdote Piet Van Breemen de su libro "Como pan que se parte".